Nuevas reglas para la economía digital: Brasil en las negociaciones internacionales sobre comercio electrónico

INTRODUCCIÓN
Las tecnologías digitales están transformando la economía digital global conimpactos profundos sobre las formas como se desarrollan bienes y servicios, producidos, comercializados a través de las fronteras, distribuidos y consumidos. La transición para una economía basada en el conocimiento y en datos requiere mayor acceso y circulación de datos, en gran parte, informaciones personales. En ese escenario, se destaca la importancia de flujos transfronterizos de datos. Su regulación es central para la captación de recursos y monetización de activos intangibles. Aunque no haya comun acuerdo sobre cómo la economía basada en datos debe ser regulada, sobre las flexibilidades y excepciones necesarias y, sobre todo, si los datos estarían listos para un lenguaje vinculante en acuerdos internacionales de comercio, ha habido movimientos para internacionalizar las políticas para el comercio electrónico y el flujo transfronterizo de datos.

La agenda sobre comercio electrónico fue insertada en el multilateralismo comercial, en un primer momento, por medio de las discusiones sobre comercio electrónico en la Organización Mundial del Comercio y del subsecuente Programa de Trabajo sobre Comercio Electrónico, de 1998 (JOB/GC/144), definido como la “producción, distribución, comercialización, venta o suministro de bienes y servicios por medios electrónicos”. Todavía, dicha agenda se profundizó en el contexto de varios acuerdos preferenciales de comercio, tornándose más compleja y exigiendo mayor convergencia entre las áreas de comercio y políticas digitales. En un debate construido alrededor del dominio de las empresas de tecnología estadounidenses y chinas, y de la implementación en la Unión Europea del Reglamento General sobre la Protección de Datos (GDPR), todavía son pocos los estudios bajo la perspectiva de los países en desarrollo, tanto desde el punto de vista regulador cuanto de sus estrategias digitales. Las asimetrías en las capacidades entre las economías de participar en el desarrollo industrial con base en datos están aumentando. La mayoría de los países en desarrollo será consumidora, en vez de productora de inteligencia artificial y otros sectores basados en datos.

Históricamente, Brasil ha sido bastante expresivo en su participación en foros de gobernanza de la Internet, como también en las negociaciones comerciales multilaterales, aunque ambas agendas hayan sido conducidas isoladamente por mucho tiempo. En la esfera doméstica, el país tiene tradición en la protección de los derechos del consumidor y recientemente ha promulgado leyes sobre gobernanza de la Internet, privacidad y protección de datos personales. Principalmente a partir de 2016, la política comercial brasilera viene cambiando, con nuevo enfoque en la negociación de acuerdos bilaterales de libre comercio y participación activa en las discusiones sobre comercio electrónico, sea en negociaciones bi o plurilaterales en la OMC.

En este sentido, cabe analizar la particularidad del abordaje brasilero sobre el comercio electrónico, y el equilibrio entre medidas comerciales y cuestiones digitales esenciales, históricamente incorporadas a las agendas del país, nacionales e internacionales, como protección de los consumidores, privacidad y protección de datos personales. Del mismo modo, es importante comprender cómo las posiciones de Brasil sobre comercio electrónico están localizadas en la corrida reguladora digital entre Estados Unidos, Unión Europea y China.